Si has oído hablar del famoso “café irlandés” y te quedas con la duda de cómo podrá ser, pues lo que leerás a continuación te hará resolver esas preguntas y puede que hasta se convierta en una de los tipos de café que más te gusten o al menos en el más apasionante de todos.
Primero, el café irlandés contiene una dosis de licor, exactamente whisky, cosa que lo hace más interesante que un café común o un café con azúcar y nata como solemos tomarlo, de hecho el toque que le da el whisky al café en esta bebida te despertará el sentido del gusto en pleno.
Y, ¿Por qué se llama café irlandés?
El origen del café irlandés se remonta en el año 1943, en el condado de Limerick, provincia de Munster, al oeste de Irlanda, justamente en el aeropuerto internacional de Foynes. Era un aeropuerto muy recurrido por visitantes, incluso muy importantes figuras del arte y el entretenimiento, la política y muchos otros como Maureen O`Hara, Kennedy y Roosevelt.
Brendan O`Regan decidió abrir un restaurant en el aeropuerto, el cual se hizo muy famoso por su buena comida y de más, es tanto que hasta se consideraba uno de las mejores cafeterías de Irlanda. Y gran parte de este trabajo lo hizo el chef Joe Sheridan, quien fue contratado por O`Bregan.
Una de esas noches de vuelos en invierno se presentó un caso fortuito respecto al clima, lo que impidió realizar el vuelo pautado, de hecho el vuelo se devolvió y los pasajeros no tuvieron más opciones que permanecer en el aeropuerto. Por lo tanto, el capitán informó a la torre lo ocurrido, ordenando que el aeropuerto siguiera trabajando en su normalidad, incluso el restaurant.
Los viajantes estaban “muertos de frío” y cansados del viaje, así que Sheridan les preparó a cada uno un café bien caliente con un toque de un buen whisky. Los usuarios estuvieron totalmente receptivos con la creación y allí nació el nombre de “café irlandés”. A partir de allí, Sheridan decidió evolucionar un poco más la bebida agregando nata y decorándolo un poco.
Aunque este no fue el nacimiento de la bebida como tal, ya que antes se acostumbraba a tomarlo de esa manera por la baja temperatura, si fue el día en el que se le dio nombre y proyección de tal bebida.
Se me antojó un café irlandés…
Si lo anteriormente leído te dejó con ganas de probar el imán del café irlandés, también te explicaremos cómo hacerlo:
Primero, escoges un whisky de calidad (aproximadamente 40 ml), y preparas un buen café americano. Al tener estos dos a la mano, tomas un vaso largo o una copa al que le vas a agregar una cucharadita generosa de azúcar, o endulzante de tu preferencia, incorporándole el whisky, mezclándolo de tal manera que se vuelva un almíbar muy ligero. Algunos flamean la mezcla.
Luego, se le agrega el café (una cantidad superior a la del whisky, preferiblemente que doble la cantidad de licor) y la nata o crema. Se puede decorar con crema montada, cacao o café en polvo, canela, nuez moscada, o lo que desees, la idea es que la sea a tu gusto y lo disfrutes al máximo.