Mejorar el sabor del café

Mi forma favorita para gozar del café es una aceptable taza de café espresso desarrollada de manera correcta, con buenos granos naturales recién molidos, agua de calidad y acatando las temperaturas correctas, sin azucarar bastante.

Pero ocasionalmente me agrada evaluar otras configuraciones, y añadir aromas particulares en relación del día. Mis preferidos son los que aportan las especias como la canela o la nuez moscada, y son numerosas las formas por medio de las cuales tenemos la posibilidad de integrarlas al café.

Almacena el café con cuidado

El café debe guardarse en recipientes herméticos y en sitios secos apartados de fuentes de luz y calor, apartado de otros probables olores fuertes, debido a que podría absorberlos. Pero tenemos la posibilidad de explotar esa aptitud del café para ofrecerle un aroma específico, con tan sólo añadir diferentes productos al envase donde tengamos guardado el café.

Tanto si compramos el café en grano o ya molido, una manera realmente simple de dar un toque diferente es mezclarlo con algunos elementos, que irán desplegando sus aromas de a poco al café empaquetado. Las más utilizadas opciones son las especias, como una o dos ramas de canela, varios clavos de olor o algunas vainas de cardamomo. También brinda atrayentes resultados una aceptable vaina de vainilla, mejor si la cortamos en el medio.

Este es el quizá el método más simple de ofrecer aromas al café, aunque es verdad que en el momento de elaborar la infusión se pierde parte de la intensidad que sí tiene el producto en seco. Si usamos siempre el mismo envase para almacenar el café, con el pasar de los años el toque de los aromas se hará más fuerte, por lo cual es preferible no combinar diferentes aromas con este trámite.

Muele tu café con cariño

Es más que aconsejable comprar café orgánico de calidad en el hogar justo antes de llevar a cabo nuestro café, debido a que así es como guarda bastante superior sus caracteristicas, sus aromas y su gusto. Además, esto nos facilita dar un toque distinto en el instante en que hayamos ido a elaborar una cafetera.

Tan sólo debemos añadir al molinillo o utensilio semejante el ingrediente esperado adjuntado con los granos de café, y molerlo todo junto. Entre otras cosas, otra vez, nuestras especias preferidas, sabiendo que necesitaremos menor cantidad que en el método antes descrito. Uno o dos clavos, una vaina de cardamamomo abierta, un trozo de canela en rama, unos cuantos granos de pimienta, algo de piel de cítricos, etc.

Si deseamos ofrecerle aroma a vainilla, lo destacado es obtener con la punta de un cuchillo un poco del interior de la vaina, y añadirlo a los granos para que se incorpore a éstos a lo largo de la molienda. También algunos frutos secos, como la avellana, aportan un enorme gusto al café. Para eso, mejor tostarlos antes antes de añadir unas escasas entidades al molinillo. Cuando esté todo molido, es aconsejable combinar bien para repartir los aromas de manera homogénea.

En el momento de elaborar el café

El siguiente método se puede hacer tanto si partimos de café en grano o de café molido, ya que hoy en día no todo el planeta tiene un molinillo en el hogar para moler su café. Tan sólo hay que añadir a la proporción de café que hayamos ido a usar el perfume esperado, tanto elementos molidos como enteros.

Yo he usado este método en varias oportunidades, utilizando una cafetera italiana clásico. Los clavos de olor enteros y la piel de cítricos como el limón o la naranja dan muy excelente resultados, ya que dejan libre bastante aroma cuando se infusionan junto al café molido. La canela molida o algo de cacao puro en polvo, bien mezclados con el café, también aportan toques aromáticos muy atrayentes.

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Endulzando nuestra taza

El trámite más directo para aromatizar el café es aportando sabores de manera directa a la taza ya lista. Se tienen la posibilidad de añadir a la bebida recién llevada a cabo, muy ardiente, dejarlos infusionar y después retirarlos, o sencillamente espolvoreando alguna especia molida por arriba, aunque a bastante gente no les agrada ensuciar la área del café.

Entonces otra opción es la de aromatizar el instante de azucarar la bebida. Diferentes edulcorantes aportan diferentes matices, entre otras cosas utilizando miel de caña o sirope de arce, que dan un toque tostado muy atrayente. También tenemos la posibilidad de utilizar azúcar vainillado, bien casero, bien comercial, del que comunmente se utiliza en repostería.

En vez de añadir azúcar a la taza, tenemos la posibilidad de elaborar un almíbar al gusto con el que suavizar el amargor del café. La forma más simple de realizar almíbar casero es calentar el mismo volumen de agua que de azúcar hasta que éste se disuelva, así que si añadimos una vaina de vainilla, canela en rama, u otro ingrediente, una vez se haya enfriado y lo colemos tendremos un endulzante aromatizado. Se puede almacenar en un envase hermético en el frigorífico a lo largo de numerosos días.

Algo más que un café solo

Si lo que escogemos es estar listos un café con leche, capuccino, u otra bebida a partir de café, la opción es aromatizar la leche, infusionándola antes con los elementos deseados. En la situacion de añadir espuma de leche o nata montada al café, lo más fácil es sencillamente espolvorear el perfume molido encima, como comunmente se hace en hostelería. La canela, la nuez moscada o el cacao en polvo son las configuraciones más usadas.

Para los más novatos apasionados a los combinados de café con alcohol, jugar con diferentes bebidas nos puede proveer sabores diferentes cada vez. Los licores afrutados son principalmente recomendables para ofrecer un toque aromático a nuestra taza y las configuraciones son múltiples, siendo mi favorito el de cereza o Kirsch. Es una aceptable forma de ofrecer salida a esas botellas de licores afrutados que frecuentemente se acumulan en la despensa sin que nadie les realice caso, esas botellas algo viejunas de licor de melocotón, manzana verde o avellana.

Cómo aromatizar tu café

Como decía al inicio, yo tan sólo necesito una aceptable taza de café solo para gozar de esta habitual bebida, pero ocasionalmente gusta cambiar y evaluar sabores diferentes. Como vimos, son muchas las configuraciones para ofrecer un toque aromático diferente a nuestro café, la mayoría son simples y solamente necesitan un coste agregada. Seguramente se les suceden muchas otras formas de hallar un café distinto, y sucede que en el momento de aromatizar el límite sólo lo pone nuestra imaginación y nuestro gusto especial.

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